VARIOS AUTORES
Violencia y derecho son conceptos próximos y contrarios, conceptos en tensión vecinal. Y es que si la violencia es el evento del trauma, el derecho es la estaticidad forzosa que la precede. Sobre esta inestabilidad semántica y sus paradojas, las artes -el cine- se erigen como alternativa para comprender y desenredar. En ese océano de licencias estéticas que reducen complejidades, el cine disfruta de cierto privilegio epistemológico; porque nuestra ordenación conceptual del mundo está ya tamizada por la experiencia cinematográfica. Los capítulos, y las películas, que componen este volumen nos proponen auparnos a esa clarividencia del fotograma para luego deshilvanar los metrajes y recomponerlos con sentidos renovados. Porque esa es la potencia inagotable del comercio de la luz: observar siempre de modo distinto, aunque parezca lo mismo. En esa mirada inagotable se distinguen órdenes y violencias sobre los que ningún tratado pudo advertirnos. Rebelión a bordo, Amour, Asesinos natos, Gladiator, La soledad del corredor de fondo, La zona ... son algunas de las películas que nos servirán de excusa para pensar sobre esta relación que se antoja intensa.