ÁNGEL YÁGÜEZ, RICARDO DE
Después de haber escrito muchas páginas, quizás demasiadas, sobre cuestiones jurídicas, generalmente de carácter muy técnico (quiero decir dogmático o conceptual), mi jubilación como catedrático de Derecho civil me ha llevado a una situación que en buena medida esperaba y deseaba. Situación caracterizada sobre todo por la de encontrarme atrapado en la tentación de escribir sobre materias distintas al Derecho (no diré ajenas a él). (.) Mi descubrimiento de Quevedo se remonta, como creo que sucederá a tantos, a mi bachillerato elemental. Aquel tan añorado bachillerato elemental en el que, como luego ocurrió en el superior, tuve la fortuna de ser alumno de excepcionales profesores en el entonces único Instituto de Enseñanza Media de Bilbao. El descubrimiento fue a partir y a través de una