VICTORIA, ELISA
Tiene nueve años. Su nombre es Marina, pero en el cole la llaman Vozdevieja. Este verano en Sevilla, el primero después de la Expo del 92, es tan largo y tan seco que ella no sabe si llorar o reír. Si quiere que todo cambie o que todo siga igual. Porque su madre está enferma. Porque su mejor amiga es su abuela. Y aun así, Marina siempre tiene hambre: de vida, y de filetes empanados.