VON MISES, LUDWIG
Si todo el mundo previera correctamente el estado futuro del mercado, los empresarios no obtendrían ningún beneficio ni sufrirían ninguna pérdida. Tendrían que comprar los factores complementarios de producción a precios que, ya en el momento de la compra, reflejen completamente los precios futuros de los productos. No habría espacio ni para pérdidas ni para ganancias. Lo que hace que aparezca la ganancia es el hecho de que el empresario que juzga los precios futuros de los productos más correctamente que otra gente compra algunos o todos los factores de producción a precios que, vistos desde el punto de vista del estado futuro del mercado, son demasiado bajos. Así que los costes totales de producción (incluyendo el interés en el capital invertido) quedan por debajo de los precios que recibe el empresario por el producto. Esta diferencia es la ganancia empresarial.
Por otro lado, el empresario que juzgue mal los precios futuros de los productos hace que los precios de los factores de producción, que, vistos desde el punto de vista del futuro estado del mercado, sean demasiado altos. Sus costes totales de producción exceden los precios a los que pueden vender el producto. Esta diferencia es la pérdida empresarial.