CANTÓN MAYO, ISABEL
La educación es el primer derecho de las personas para convertirse en ciudadanos. La escuela donde se imparten los conocimientos sistemáticos que configuran a la persona es la arquitectura de la infancia y, quizá, también, una posible infancia de la arquitectura. El espacio elemental del aula reduce la escuela a una arquitectura en su esencia depurada. Como consecuencia podremos deducir un derecho a conocer el lugar donde se inicia la educación como componente de la arquitectura personal en la infancia. Porque la escuela es la casa de la infancia. Es más, podría establecerse una relación directa entre los sistemas educativos y la forma y riqueza de los edificios escolares, que no dejan de ser un síntoma, una manifestación física palpable de los valores sociales que cada tiempo y lugar otorga a la Educación.
Además, con este estudio se busca favorecer la valoración de los bienes escolares como parte de la identidad de los pueblos. Por otra parte, la escuela es también un lugar de la memoria, que debe preservarse para las generaciones venideras.
Conocer los edificios escolares leoneses se enmarca en la puesta en valor del patrimonio específico escolar, teniendo en cuenta que en León hay estudios sobre los palomares, los puentes, los molinos, los ríos, los edificios industriales, arquitectura singular, etc. Con este libro se pretende conocer y preservar el patrimonio escolar fundamentalmente rural, siguiendo la estela de los libros anteriores de la misma autora: Las escuelas rurales de la Maragatería y Las escuelas de la Comarca de La Cepeda.