LURI, GREGORIO
Un perfecto anÃílisis de la educación actual para animarnos a volver a una escuela en donde el conocimiento valioso y las prÃícticas soportadas por evidencias sean realmente el eje. Porque con la escuela no se juega. Si la escuela, como dicen, estÃí en crisis, no es porque sea una institución vetusta, sino por haber olvidado su noble función: la de reducir, en el mÃnimo tiempo posible y en el mayor número de alumnos, la distancia entre la ignorancia y el conocimiento poderoso. Estamos viviendo unos tiempos pedagógicamente extraños y, en ocasiones, estrictamente estúpidos. Si estúpido es aquel que carece de una representación crÃtica de su ignorancia, bien merecen este tÃtulo quienes se jactan de fomentar el pensamiento crÃtico mientras aplican de manera poco crÃtica metodologÃas sin soporte empÃrico o, en algunos casos, con evidencias empÃricas que los impugnan. ¿Qué otro adjetivo merece el desprecio del conocimiento en los centros de enseñanza y el énfasis en la diversión y la felicidad por sà mismas? Hoy, en los tiempos de