QUINDÓS, GABRIEL
Quien partió de viaje y, lejos del hogar, se viera agraciado con destellos de belleza, nunca regresará del todo a casa. Aunque parezca absorto en las aristas de lo cotidiano, una y otra vez se retrotrae a los lugares donde unos prodigios felices colmaron los apetitos de su sensibilidad. Una evocación de las beldades del viajar acaso no sea más que un intento de reflejar las emociones avivadas en la inesperada alegría de que, siquiera por un rato, la vida se asemejase a lo soñado.