GARMENDIA ESNAL, IÑAKI
Hace tiempo que el sector turístico español se ha convertido en una actividad económica de primer orden, tanto por el papel que desempeña a nivel productivo como por las posibilidades que ofrece o puede seguir ofreciendo en determinadas zonas del país desde un punto de vista social y de desarrollo.
Pero, también se ha de hacer constar que actualmente se viven horas de incertidumbre. Y es que el turismo ha vivido hasta ahora tiempos bastante previsibles, lo que le permitía adelantar que su futuro no le iba a deparar excesivos cambios ni sorpresas. Pero ahora, se percibe un sector a expensas de nuevos puntos de vista y con un horizonte más cuestionado, hecho que sigue sin generar referencias concretas y creando una cierta inestabilidad, lo que da lugar a una nueva perplejidad social y sectorial.
Si se intenta desmenuzar y aclarar el porqué de estos tiempos dudosos y exitosos se podría argumentar; la existencia de actitudes y exigencias que se han ido alterando con el paso del tiempo, una reacción social ante algunos modelos de desarrollo turístico pretéritos, la incomprensión que conlleva la utilización de ciertos bienes, la singularidad que supone la utilización de procesos materiales e inmateriales, el protagonismo alcanzado, el seguir siendo percibida como una actividad puramente coyuntural y ya más recientemente, la contestación que sigue generando el sector, ahora por motivos de tipo medioambiental, espacial y de convivencia.