SATZ, MARIO
En cada vida humana hay instantes excepcionales por su belleza o su verdad que propician la irrupción inesperada de más luz en la conciencia. Se prepa-ran durante años, a veces décadas, hasta que un buen día, o una silenciosa noche, estallan ante el sujeto con toda la magnificencia de las revelaciones. Suceden con la naturalidad de un fenómeno meteorológico, por lo general en espacios abiertos. En tales ocasiones se experimenta lo que suele llamarse una sincronía: el adentro y el afuera se abrazan como los nervios ópticos en su quiasma, para redondear la mirada y alegrar el ánimo.
El canto de la lluvia es un libro breve pero de rara intensidad, creado a partir de esos momentos únicos que, poco a poco, se descubre, acaban por conver-tirse en inolvidables. A la distancia, lo vivido nos parece soñado y lo soñado, sin espacio objetivo entre sus imágenes, tan vívido que pasa a constituir nuestro verdadero despertar. Cada revelación es, por lo mismo, un puente entre lo soñado y lo vivido. Cada revelación nos asoma a lo maravilloso y al mismo tiempo dilata el mapa de lo desconocido.