DAUNIS RODRÍGUEZ, ALBERTO
El presente libro aborda, desde un esquema expositivo claro y sencillo, la ejecución de las penas en España ?muy especialmente, la de prisión?, recorriendo sus diferentes fases, desde la incoación de la ejecutoria hasta el licenciamiento definitivo del condenado, para valorar, en cada una de ellas, si la reinserción social sigue constituyéndose como la principal aspiración de la intervención penitenciaria o ha cedido su espacio o protagonismo a otras finalidades diversas.
Por tanto, el trabajo va más allá del análisis descriptivo del modelo de ejecución de la pena dispuesto en la norma, al realizar un juicio valorativo del mismo, de sus objetivos y sus aspiraciones últimas. Se trata de corroborar que el modelo resocializador del delincuente se encuentra actualmente en crisis o retirada, siendo superado por un modelo de respuesta a la delincuencia que se centra en la retribución del delito cometido y en el control del riesgo.
Con carácter previo al análisis de la ejecución de las penas en España, entendemos imprescindible dedicar tres capítulos a definir el contenido de la reinserción social, analizar los orígenes de la prisión y del sistema penitenciario actual y describir los distintos medios y órganos con los que cuenta la Administración penitenciaria para implementar su modelo resocializador del delincuente.
Una vez situado al lector en el sistema penitenciario español, analizamos las principales actuaciones que se producen en el momento del ingreso en prisión, deteniéndonos muy especialmente en la forma que se realiza la separación interior del interno. Valoramos si el procedimiento que se sigue en la práctica se adecua a la norma o, en realidad, no se consigue evitar el contagio criminógeno que se produce en prisión y que tan gravemente afecta a la reinserción social. Asimismo entendemos conveniente detenernos en las estrategias y herramientas que se utilizan para evitar los suicidios y el tratamiento que se otorga a determinados presos peligrosos.
Desde que se produce el ingreso en prisión, la Administración penitenciaria tiene un plazo máximo de seis meses para clasificar al condenado en uno de los grados previstos por la normativa penitenciaria. Sin duda, se trata de una de las actividades más importantes y centrales del modelo resocializador, ya que, pretende detectar las carencias y déficits del condenado y proponer el correspondiente programa individualizado de tratamiento. Analizamos los rasgos del actual sistema de individualización científica, valorando cómo le han afectado las graves mutilaciones que viene sufriendo desde el año 2003.
El modelo resocializador se centra o fundamenta en el tratamiento penitenciario del penado, cuyo objeto es dotarle de una socialización de reemplazo que le capacite formativa y profesionalmente para su posterior regreso a la vida en libertad. Analizamos los distintos programas de tratamiento existentes, los medios con los que cuenta la Administración para llevarlos a cabo y la participación del condenado en los mismos.
Junto al tratamiento penitenciario, destaca el régimen penitenciario, el cual persigue asegurar una adecuada y pacífica convivencia en la prisión. El modelo resocializador defiende que el régimen debe estar al servicio del tratamiento y que, en caso de confrontación entre ambos, siempre deben primar los intereses de este último. Nos cuestionamos si, en la práctica, dicha preferencia por el tratamiento se produce o si la Administración sigue dando mayor importancia al orden, la seguridad y la disciplina.
Analizamos los deberes de los internos y el régimen disciplinario, deteniéndonos, tanto en las infracciones, como en las sanciones previstas por al acervo jurídico penitenciario. Obviamente, también estudiamos los derechos de los internos y la forma preservarlos, haciendo especial hincapié en la figura del juez de vigilancia penitenciaria como garante de los mismos.
Paradójicamente, la prisión es un medio desocializador. La separación del interno de la sociedad y su reclusión en un lugar cerrado y alejado de su familia y amigos, conlleva la progresiva ruptura de los lazos del recluso con el exterior que, a su vez, va asumiendo determinados códigos y valores propios de la cárcel, provocando su prisionización. Valoramos las comunicaciones, los permisos de salida y el resto de instrumentos destinados a evitar la desocialización del condenado.
Una de las principales formas para incentivar la necesaria participación del condenado en las distintas actividades que se realizan en prisión es mediante la concesión de beneficios penitenciarios, recompensas y/o la libertad condicional. Analizamos tales herramientas de la ejecución de la pena, centrándonos especialmente en la última. Porque, la nueva configuración de la libertad condicional otorgada por la reforma del Código penal, a través de la LO 1/2015, de 30 de marzo, modifica sustancialmente la naturaleza jurídica de esta figura jurídica, la cual, transita de una institución de carácter penitenciario a una forma de suspensión de ejecución de la condena. Advertimos cuáles son los graves e importantes efectos y consecuencias prácticos que conlleva esta nueva configuración de la libertad condicional, así como sus modalidades, requisitos, reglas de conductas y supuestos de revocación.
Las incorporaciones al CP de la libertad vigilada ?como medida de seguridad para imputables? y de la prisión permanente revisable ?como nueva consecuencia jurídica?, suponen dos decisiones legislativas especialmente discutibles que ahondan en la idea de retirada de la reinserción social como fin de la pena y de su sustitución por el control del riesgo. Abordamos ambas figuras jurídicas, valorando su compatibilidad con determinados principios y garantías que presiden nuestro ordenamiento jurídico.
Finalmente, nos detenemos en otras penas diversas a la prisión, concretamente, en la multa, la localización permanente y los trabajos en beneficio de la comunidad, analizando la aplicación práctica de tales consecuencias jurídicas, las cuales pueden resultar interesantes para evitar la desocialización del condenado.
La culminación del cualquier libro o trabajo de investigación conlleva un importante esfuerzo que afecta, directa o indirectamente, a distintas esferas de la vida personal y profesional de su autor. Por ello, no puedo ni quiero finalizar estas páginas introductorias sin agradecer a Puri Zambrano su extrema paciencia y comprensión y a Patricia Laurenzo su continuo y generoso apoyo. Gracias a las dos por vuestra incondicional ayuda en tiempos especialmente duros y adversos.