DÍEZ-PICAZO, LUIS MARÍA
La discusión sobre la comunidad política -o, por utilizar una expresión más a la moda, sobre el demos- volvió hace treinta años a la primera línea del pensamiento jurídico-político, en gran medida como consecuencia del proceso de integración europea. Pero no conviene olvidar que otros dos fenómenos, al menos, favorecen la reflexión sobre esa idea: uno es la lucha por la secesión en determinados territorios; y el otro es la inmigración de masa. Ciertamente, dentro del mundo liberal-democrático hay notables diferencias en cuanto a las construcciones teóricas y las orientaciones políticas seguidas en esos ámbitos, que son esencialmente controvertidos.
En íntima conexión con el demos está la representación. Allí donde impera la libertad política, en vez de la autocracia, la voluntad colectiva se forma principalmente por medio del mecanismo representativo. Mal puede comprenderse qué es una comunidad política libre sin examinar los problemas dimanantes de la representación política, que tiene un aspecto decididamente técnico-jurídico. Hay que ser conscientes, sin embargo, de que las concretas manifestaciones de la representación política varían notablemente en el tiempo y en el espacio.