ROMERO, MJ
Miro la muralla china y pienso en cuántas manos de cuántos hombres.
Reducido a un problema matemático sería: x o 2y.
Oigo el lenguaje, no el lenguaje de las palomas o de los caballos o de las moscas.
Escucho con atención las palabras que van de boca en boca.
Cuántos años y cuántas bocas para nombrar y llegar a este refinamiento de símbolos donde queda oculto el origen.
Hace tiempo que los símbolos nos encriptan en el lenguaje. Si lees atentamente, observarás algas flotando bajo el mar de las palabras y galerías luminosas en las simas más oscuras. Al escribir somos como topos haciendo galerías, ignorando cuál de ellas llegará a la luz.